El softbol, también conocido como “pelota blanda”, es un deporte descendiente o derivado del tradicional y centenario béisbol. Tuvo sus inicios bajo techo a finales del siglo XIX, en la ciudad de Chicago. En la historia del Softbol se reporta que un grupo de hombres deportistas aficionados se reunió para jugar fútbol entre los equipos de las universidades de Harvard y Yale.
Luego del juego y durante la celebración, un miembro del equipo ganador le lanzó amigablemente un guante de boxeo a otro del equipo que salió derrotado. Este se lo devolvió a otro quien tomó un palo cualquiera y lo bateó satisfactoriamente. George Hancock, quien presenciaba la celebración, le hizo algunas adaptaciones al juego que presenciaba y, literalmente, creó el Softbol.
Él fue quien estableció la primeras reglas del juego en 1895. Ese mismo año, Lewis Rober trasladó el juego a los campos de softbol públicos. Se empezaron a crear las primeras ligas y el juego se fue expandiendo a pasos agigantados.
Durante las décadas subsiguientes, el juego fue adoptando diferentes nombres, hasta que en 1926 se acuñó definitivamente el nombre de Softbol. En todos esos años, las reglas se fueron modificando paulatinamente.
En la década de los 30s se creó la primera Asociación de Softball Amateur. Durante la década siguiente, se llegó a calcular que alrededor de 5 millones de personas practicaban este deporte. La historia del Softbol comenzaba a dar pasos determinantes.
Ya en 1946 se creó la Liga Nacional de Pelota Rápida para la rama masculina. Cuando ya el juego se expandía hacia otros países, en 1952 se creó la Federación Internacional de Softball. El primer campeonato mundial se celebró en 1965 en Australia, con equipos femeninos de 5 países. Un año más tarde se jugó en México el primer campeonato mundial de la rama masculina.
Durante los años subsiguientes y hasta la actualidad, se han celebrado diferentes campeonatos en ambas ramas y en diferentes categorías, desde la de mayores hasta la infantil incluso.